martes, 25 de noviembre de 2014

Se busca...

Que no le moleste mis ataques de verborrea momentáneos ni mis silencios sin razón. Puede que en los últimos esté ideando un nuevo e ineficaz sistema de vuelo revolucionario o solo viendo nubes en las nubes. 

Que no le importen mis impulsos de cordura (hasta hace poco creía que eran de locura). 
Que los comparta conmigo, que ría o que se quede a un lado, contemplándome con ternura. 

Que, cantar bajo la lluvia no sea solo una canción y bailar bajo ella se convierta en la nuestra. 

Que un salto a una piscina o en paracaídas sea motivo de felicidad. 

Que un ‘Te quiero’ no de vergüenza y se diga cuando se siente. 
Que el inesperado ‘He dejado de quererte’ se diga también cuando aparezca. 

Que si hay un problema se comparta aunque el otro no tenga la solución. 

Que respete mis momentos ‘chof’ y pueda apoyarme aunque sea difícil. 

Que se acuerde de todas mis virtudes y me haga olvidar mis defectos. 

Que me ponga los puntos sobre las íes cuando me lo merezca pero que se deje comer a besos antes, durante y después de la bronca que posiblemente también merezca.

Que tenga tiempo para mirar las estrellas antes que a los whatsapps. 

Que contemple sin ningún motivo un atardecer. 

Que sea ella misma.

Daniel Blanco González 25/11/14

sábado, 5 de julio de 2014

Mi abuelo

Mi abuelo se pasea de aquí a allá, hace viento y estamos a comienzos de verano. El calor ha llegado sin avisar. Siempre me sorprende lo rápido que es.

Mi abuelo es un hombre tranquilo, no se sobresalta con nada. Pero a veces parece necesitar darle vida a sus nonagenarios pies como para darse cuerda a sí mismo. No es un abuelo convencional. Es delgado, conserva el atractivo que tenía de joven y tiene un cabello que es la envidia de muchos (yo incluido). De pelo cano con toques negros y unas ondulaciones que lo hacen único.

 Es curioso, se interesa por cualquier cosa, con templanza eso sí, orientado más a lo relacionado con los acabados de alfeizares, techados, muebles y sillones. Supongo que nostalgia de aquellos años en los que fue carpintero, conjugándolo con su oficio de policía municipal.

Pero no se atisba en él algo que pudiera presagiar a lo que ocupó toda su vida. Si bien era guardia de tráfico y había llegado a oficial (de esos a los que les recoge un coche oficial a la puerta), no había recuerdo alguno en sus formas de comportarse. Debió ser un guardia tranquilo, de palabras comedidas y respeto ganado debido a su inteligencia. Estudió para llegar a ser oficial. Nadie le ayudó en nada. Él solo se ganó los galones y ahora es un jubilado más. O eso parece.

Sus historias y anécdotas son dignas de ser acogidas en varios Reader Digest. Y su manera de contarlas y haber pertenecido a ellas, de encontrarlo sentado junto a Hemingway en un viejo bar de París y creerlos amigos de toda la vida.

 Mi abuelo tiene noventa años, puede ponerse el mismo traje con el que se casó, tiene un humor muy interesante y todos le echan setenta y pocos…Incluso los médicos.

Mi abuelo no es de este planeta. No come mucho, no duerme poco, no sufre problemas de salud y solo sufre los ataques cariñosos de su mujer, cuando esta le pide (obliga) que coma, salga, no se duerma y no cometa pequeñas locuras que un jubilado mas nunca haría.

Mi abuelo comienza a ser un hombre frágil. Cuando le veo pasear lo siento. Y veo la misma pena en sus ojos, que tienen todos nuestros mayores cuando han llegado al ocaso de su vida. Por suerte logra ocultar esos pequeños defectos que todos empezamos a tener mucho antes, con su rostro serio, su diente y su anillo de oro, su delgadez y su tatuaje desvaído de un corazón con su nombre.
D.B.G. 05/07/014

viernes, 3 de enero de 2014

'Encuéntrame...y no me dejes escapar'

Encuéntrame

Encina


Me pongo a tallar un trozo de encina, duro a más no poder, sabiendo que poco podré recrear. Ni siquiera lo que no puedo imaginar. Porque todo lo que me pasa por mi mente era bello. Era, porque ya no se reproducen más. Porque este dolor que no provoca heridas físicas, me regala la dejadez. Me lanza de cabeza a la quietud.
No puedo amar, no puedo temer,  no puedo sangrar, no puedo ser.
No corre sangre por mis venas, no fluye tu anhelo entre mis labios.
Solo huye la pasión que acumulabas en mi alma.
27/12/012 D.B.G.