Mi corazón no lo llevo conmigo. Está cerca pero mi cuerpo no lo guarda. Parecido a cuando un niño ata un globo a su muñeca. Se deja mecer por una suave brisa que me trae tu aroma. Atado a mis sentidos, siento tu mirada, saboreo tu aroma, escucho el sonido de tu piel al moverte.
Tu marcha no me destrozó. Me dejó vivir cada día y dormir cada noche, el subconsciente advertía que faltaba algo. Mi corazón evitaba ese hueco, sabiendo que si algun día lo encontrase por casualidad, sería mi perdición.
No tengo océano ni pradera donde navegar o cabalgar pensado en tí. Te espero bajo el cobijo de una ciudad, grande o pequeña, sigue siendo lo que es. En la pequeña ventana de mi estudio, logro divisar un precioso atardecer que nada tiene que envidiar a los de las zonas costeras y montañosas, aunque todos esos atardeceres tienen un defecto,
que no los comparto contigo.
22-02-09 Finalizado. Encontrado en cuaderno de todo 09. (18 años)
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